Comentario
A pesar de no contar con sede episcopal propia, la localidad de Oxford disponía ya a principios del siglo XII de diversos centros escolares de relativo nivel, como el monasterio de Oseney y el convento de Santa Fridesida. Bajo los auspicios de los obispos de Lincoln, Adelardo de Bath (muerto en 1130) y Roberto Pulleyn (fallecido en 1150), la importancia de dichos centros aumentó, si bien la mayoría de estudiantes siguieron optando por ir a París, a completar su aprendizaje. Una secesión de las escuelas parisinas en 1167 y, sobre todo, la prohibición por Enrique II por esos mismos años de que los clérigos británicos saliesen fuera de la isla pare realizar estudios, catalizó los afanes de estudiantes y maestros por integrarse en una sola corporación. A fines del siglo XII el "Studium" oxoniense funcionaba ya como tal.
Al igual que en París, los conflictos entre el municipio y la comunidad escolar ayudaron a consolidar la autonomía universitaria. Así, en 1208-1209, tras graves disturbios (que dieron también origen a la Universidad de Cambridge, por la secesión de alumnos procedentes de Oxford), la intervención del legado pontificio Nicolás de Tusculum permitió llegar a un primer acuerdo entre el rey, el municipio y los intelectuales. En adelante éstos pasaron a depender exclusivamente del obispo de Lincoln y de su canciller, que controlaba la entrega de la "licentia docendi". Sin embargo, a diferencia de lo sucedido en Francia, los conflictos entre universidad y canciller fueron aquí prácticamente nulos, al recaer por lo general este cargo en un maestro de teología de reconocido prestigio. La concesión de la "licentia" tampoco planteó mayores problemas. Buen ejemplo de este espíritu de colaboración fue Roberto Grosseteste, maestro de Oxford y posteriormente obispo de Lincoln entre 1235-1253, desde cuya sede logró de Inocencio IV la directa protección de Roma al centro oxoniense.
Pese a sus grandes diferencias, Oxford y Cambridge, tuvieron, como París, facultades propias de teología desde el primer momento. Esta competencia hizo que parte del estudiantado continental fuese a Inglaterra y no a París a cursar estudios. Los excesivos gastos, problemas políticos, etc., facilitaron este trasvase. Así la llegada de un numero relativamente alto de portugueses a Oxford a lo largo del XIII, utilizando la ruta marítima comercial (vino) que enlazaba Oporto con Londres.
Otra característica común fue la escasa importancia otorgada a los estudios de leyes, al estar basada Inglaterra en el derecho consuetudinario y en la jurisprudencia. También fueron escasos los estudiantes de medicina, que solían viajar a Italia o marchar rápidamente a Londres, donde se establecían como médicos privados. Respecto a las personalidades ligadas a Oxford, vale la pena mencionar, aparte del ya citado Roberto Grosseteste, a Tomás de York (muerto en 1260) y, sobre todo, a Roger Bacon (fallecido en 1292).